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calidad de los productos

Calidad de los productos como factor de decisión de compra

Al momento de adquirir mercancías, uno de los principales factores en la decisión de compra, es la calidad de los productos, sobre todo, cuando se trata de obtener estos para comercializarlos en el mercado.

A pesar de que el concepto de “calidad” es posible verlo desde diferentes perspectivas, este se encuentra permanentemente inherente a la satisfacción y cumplimiento en las expectativas del cliente, incluso, en ocasiones, superadas.

Hoy en día, brindar esa calidad que se busca, es ya un requisito mínimo para que las empresas logren mantener a sus clientes y que estos estén satisfechos con las mercancías, sin embargo, ante un mercado globalizado, es posible encontrar toda clase de productos, especialmente, cuando se importan y no se conoce a ciencia cierta el nivel de calidad.

Te compartimos: Importaciones de México desde Centro y Sudamérica: la relación con los proveedores y la calidad de sus productos.



Indicadores de calidad de los productos.

Como se mencionó anteriormente, la calidad de los productos varía de acuerdo a las perspectivas de cada usuario y no deja de ser un factor en las decisiones de compra, por lo que el concepto puede tener el mismo significado para muchas personas, pero visto desde un ángulo diferente y teniendo diferentes criterios de evaluación o juicio.

En la mayoría de las ocasiones, la calidad no deja de ser una percepción, por lo tanto, existen diferentes indicadores que definen las cualidades de una mercancía para cada usuario.

Entre los principales criterios para lograr definir la calidad en un producto, se encuentran:


  • Rendimiento

El rendimiento hace referencia al comportamiento que el producto tendrá a lo largo del tiempo de uso, es decir, por cuánto tiempo funcionará de manera óptima y a partir de cuándo su funcionamiento comenzará a disminuir.

Por ejemplo, al adquirir neumáticos, puede haber una marca que luego de tres años de uso comiencen a presentar un desgaste o incluso ya no sean funcionales.

En cambio, otra marca, después del mismo tiempo de uso, puede continuar ofreciendo lo mismo con un mínimo desgaste, es decir, los productos de una marca ofrecen mayor rendimiento que otra.



  • Mantenibilidad


Un concepto que va de la mano con el anterior, la mantenibilidad es la facilidad con la que puede mantenerse un producto en sus condiciones óptimas, es decir, que cuando este presente un defecto o requiera una reparación, ¿después de cuánto tiempo lo necesitará?, ¿qué tan costoso será mantenerlo funcionando adecuadamente?

Por ejemplo, para que una computadora se mantenga funcionando de manera óptima y esta no se vuelva lenta al realizar sus funciones después de un tiempo, requiere de una inversión para mantenerla en buenas condiciones (en antivirus, nueva batería, teclado, etc.).

Por otro lado, habrá computadoras que, debido a sus características, necesiten una inversión en mantenimiento menor a otras o en un periodo de tiempo más largo; esa es otra forma de medir la calidad de los productos.



  • Seguridad


Más allá de cumplir con las normas que regulan los productos de consumo, la seguridad se refiere a las características, es decir, a aspectos como el diseño, componentes, envase y formas.

A manera de ejemplo, en muchas ocasiones, los juguetes para niños tienen características con las cuales podrían ocasionar daños a su integridad física al tener un diseño que podría causar heridas, o incluso con componentes que podrían resultar tóxicos.

También en productos de belleza o de cuidado personal puede haber algunos que dañen más la piel o el cabello que otros, e incluso, que sean dañinos para el medio ambiente, lo que es otro criterio para medir los productos de calidad.

  • Confiabilidad

Este tal vez sea el indicador más importante, ya que con un solo uso el usuario puede determinar este aspecto.

La confiabilidad básicamente se refiere a cómo el producto se desempeñó al momento de usarlo, específicamente, en si este falló o no; todo esto, bajo las condiciones indicadas.

Por ejemplo, al adquirir por primera vez y utilizar productos electrónicos, como una consola de videojuegos o un smartphone, y estos no funcionen o rápidamente presenten una falla, el usuario perderá toda la confianza en el producto, y posiblemente, en la marca.

Si la primera experiencia o luego de frecuentar el uso y compra de un producto, un cliente tiene una mala experiencia, es probable que nunca lo vuelva a adquirir y tenga una percepción negativa de su calidad.

  • Funcionalidad.

El producto funcionó tal y como se esperaba, e incluso, ofreció más.

A diferencia de la confiabilidad, la funcionalidad tiene que ver con las características y especificaciones para las cuales fue creado el producto, y que este es capaz de ofrecer las soluciones a las necesidades del usuario.

A manera de ejemplo, existen una gran cantidad de productos para el cuidado de la piel, los cuales son comercializados indicando que protegen de los rayos ultravioleta.

No obstante, hay productos que, si bien, ofrecen ciertos niveles de protección, estos resultan no ser los indicados o ser menores respecto a la protección solar en comparación a lo que se le indica al usuario, provocando que pueda dejar de utilizarlo debido a que no resuelve completamente su necesidad, a pesar de que está enfocado en hacerlo.



Factor de decisión de compra.


Para muchas personas, la calidad es un elemento esencial al momento de evaluar y adquirir un producto, aunque, en muchos casos, no es el parámetro principal cuando se decide comprar entre varias opciones, ya que cuestiones como el precio también intervienen en la decisión.

A pesar de que la calidad es algo tangible y se encuentra presente permanentemente en un producto, la realidad es que esta se evalúa con diferentes criterios, todo de acuerdo a las perspectivas de cada usuario.

Lo cierto es que siempre, sobre todo en cuestiones de importación, es fundamental conocer la calidad de los productos, ya que, al negociar con naciones o proveedores desconocidos, hay un riesgo latente a sufrir de fraude o engaño respecto a lo que se espera recibir de la mercancía y por lo que se está pagando por ella.

Adicionalmente, es recomendable conocer acerca de la cultura de otros países y saber más sobre la calidad con la que producen en sus diferentes industrias.

Por ejemplo, adquirir textiles de Bangladesh puede ser una buena idea, pero no todos los proveedores ofrecen lo mismo, e incluso hay quienes engañan, vendiendo algo que en realidad no son capaces de ofrecer.

Verificar la calidad es algo que siempre agradecerás, tanto por tener la seguridad de que estás adquiriendo buenas mercancías como por saber que estás pagando lo justo por ellas.

Existen soluciones que te ayudan a disminuir estos riesgos y te brindan seguridad total en tus importaciones.

El previo en origen, la inspección de calidad o la auditoría de proveedores, son algunas de las soluciones que te ofrecen esos resultados.



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Fuentes: UIAH.

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